En vísperas del cuarto aniversario de la tragedia de Vale en Brumadinho, la ciudad pasará una navidad más con el amargo sabor a injusticia

Contrariamente a lo que piden los familiares de las víctimas, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil decidió que Vale y Tuv Sud deben ser juzgados a nivel federal, y no en el estado de Minas Gerais, donde ocurrió la tragedia.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil definió, el pasado 17 de diciembre, que el Tribunal Federal será responsable por el juicio de los imputados por la ruptura de la represa de Vale en la mina Córrego do Feijão, en Brumadinho, región metropolitana de Belo Horizonte, en el 25 de enero de 2019, provocando la muerte de 272 personas.

El STF analizó un recurso presentado por el Ministerio Público de Minas Gerais contra la decisión del Superior Tribunal de Justicia (STJ) a favor del expresidente de Vale, Fábio Schwartzman, y Felipe Figueiredo, ex ingeniero de la empresa minera. El STJ determinó que el caso debe salir del Tribunal Estatal y pasar al ámbito Federal, lo que fue confirmado por la mayoría de los ministros con esta última decisión.

Los familiares de las víctimas defienden que la sentencia debe permanecer en la Justicia de Minas Gerais, pues consideraron que sería más fácil seguir el proceso y alegaron que el cambio podría generar más retraso en la sentencia. La Asociación de Familiares de Víctimas y Afectados por la Ruptura de la Represa de Brumadinho (Avabrum) afirmó que la decisión provocó un sentimiento de “perplejidad” y “revuelta” entre los familiares y afectados por la tragedia criminal. En línea con el deseo de Avabrum, el Ministerio Público de Minas Gerais se comprometió a presentar embargos sobre la decisión de la Corte Suprema.

“Esta decisión del STF invalida todos los avances que hemos logrado en las investigaciones en los tribunales de Minas Gerais hasta ahora. Solo sirve para posponer la justicia y proteger a las poderosas empresas Vale y Tuv Süd. Es una verdadera afrenta a las familias de quienes murieron por la codicia y negligencia de tales corporaciones”, concluye Avabrum.

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